viernes, 14 de noviembre de 2008

Fábula

- Pero, de qué tienes miedo?-preguntó-

-Pues de todo un poco la verdad.

-¿A qué te refieres?

- Pues verás, eres un tigre, soy un armadillo, y me estás pidiendo que me quite las placas.

-Y qué hay de malo en eso? -respondió Tigre-¿Es que crees que voy a hacerte daño?

-Quizás me niegue a creerlo, pero he tenido experiencias con otros que son como tú y, para qué engañarnos: los tigres comen carne y yo, bajo las placas, soy carne.

-No te preocupes por eso, armadillo. -dijo Tigre entre risas- apenas tengo colmillos, ves? y yo soy más de chocolate que de carne.
Podemos intentarlo, no crees? No digo que te quites las placas de golpe, pero, quien no arriesga no gana, sabes?

Así, día tras día. Armadillo se iba quitando una de sus placas mientras Tigre le demostraba -o acaso eso creía él- que no tenía nada de qué temer. Cuando Armadillo tenía frío, ahí estaba Tigre para acogerle en su peludo y mullido seno. Cuando tenía miedo, Tigre le consolaba y le susurraba palabras tranquilizadoras al oído, el cual solía echarse hacia atrás y temblar, pero temblaba de amor.

Hasta que llegó el fatídico día. A Tigre le crecieron los colmillos y su instinto acabó por apoderarse de él, somos lo que somos, al fin y al cabo no podemos negarnos a nosotros mismos, sería antinatural. Como podéis imaginar, a Armadillo no le quedaba ni una sola placa en el lomo y tenía miedo, sí. Hacía unos días que Tigre no era "su" Tigre, su comportamiento había cambiado, al igual que su temperamento y sus costumbres; apenas se acordaba de él.

Y, finalmente, Armadillo tuvo lo que se merecía, por ingenuo. La zarpa de Tigre atravesó la blanda carne que se escondía bajo su lomo, desgarrando y hendiendo hasta llegar al mismísimo corazón. Toda la suciedad y bacterias que había en la pata del felino llegó hasta el órgano vital con su ponzoña. Convirtiendo su torrente vital, su sangre, en el más poderoso de los venenos y haciéndole enfermar.

Malherido, reptó hasta su madriguera a lamer las heridas y a intentar recuperarse.

Muchas veces, sus amigos venían a verle, con la esperanza de que saliese de su agujero y compartiese algo de él. Pero Armadillo les decía que aún no estaba preparado, que no tenía defensa alguna. Sus amigos, obviamente, le decían que no le iban a hacer daño; a lo que él siempre respondía.

-Ya me han dicho eso antes.

Paulatinamente, los amigos dejaron de acercarse a la guarida de armadillo. Los que no habían quedado hastiados por la respuesta de Armadillo, no querían acercarse a su madriguera, pues al hacerlo sentían una extraña congoja en su interior.

Y así pasaron meses. Armadillo durmió - ¿qué otra cosa podía hacer?- hasta que un día despertó y notó algo raro en su lomo. Las callosidades se estaban volviendo a formar, pero esta vez no tenían la plana forma que precede a las placas. En su lugar, tenia varios puntos que iban creciendo verticalmente, en lo que se presuponía iban a ser espinas.

- Vaya, así que ahora toca ser erizo.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Erizo...


Son mu monos los erizos!!!

Yuju tengo un amigo erizo!!!


=D

Una vez te dije que era más fácil ser tú mismo una vez te habías quitado la armadura, te lo vuelvo a decir convive sin la armadura no dejes que te salgan todas las espinas..no dejes pq volveras a caer en el mismo pozo, hazte fuerte a ti mismo, yo sé que puedes, sólo necesitasdemostrártelo, y como dijo tu padre, si tienes que pasar x el infierno, sólo hay una manera de salir de ahí, camina hasta llegar al horizonte.

Te Quiero*

Y es uno de mis sitios de interés ¬¬

Anónimo dijo...

Hola cielo!

Me gustan las metáforas que usas para describir qué sientes respecto a hechos que te afectan. Espero que como para mí, plasmarlo así te sirva de vía de escape. Sé que no es solución pero si te alivia aunque sea momentáneamente, puede ayudarte a ver todo más claro y objetivo y así encontrar un referente de luz por el que empieces a cicatrizar tus heridas.

Respecto a lo de ser erizo...ojalá se puedan ir limando esas espinas hasta desaparecer. Es normal acorazarse tras punzadas de dolor, pero no te olvides nunca de permitirle el paso a la esencia de tu personalidad. Filtra lo imprescindible para dejarte conocer y dar un mínimo de confianza a quién puede merecer una oportunidad o una nueva. Ten la esperanza de que aunque todos erramos tenemos corazón y debemos comprender y perdonar (sin caer en la ingenuidad como yo).

Ánimo tesoro, que te mereces lo mejor. Deseo que seas feliz y ser partícipe de ello.

UN BESO ENORME :)

NiT@

Anónimo dijo...

Ya te dejé constancia, pero hacía tiempo que no me sentía tan identificada con un texto...

... La pregunta es, ¿cómo se convierte uno/a en erizo?

DunaîS