¿Habéis visto Matrix? En la escena en la que Neo está en el "constructor" y pregunta, sabiendo la respuesta: "entonces, esto no es real?". La Réplica de Morfeo es aplastante.
"Pero, qué es real? ¿cómo definirias real? Si nos paramos a pensar, la realidad no es más que señales eléctricas interpretadas por tu cerebro."
Dicho esto quizás haya quién se pregunte si esto es verdad. Si la realidad no existe. La respuesta corta sería algo así como un "pues casi que no existe"... no al menos tal y como la conocemos. La realidad la percibimos y la interpretamos con el cerebro, y este es un órgano encerrado en una caja que tiene que valerse de 5 sentidos que le envían información cifrada que debe descodificar e interpretar. Sería algo así como si una persona estuviese encerrada dentro de un armario de 2 metros cúbicos y tuviese 5 ventanitas por las que le llega información del exterior. No puede asegurar lo que hay allí, solo puede hacer conjeturas, interpretarlo.
Hay quién puede decir "esto es real porque me duele" y estará en lo cierto. Pero, el dolor, no es otra cosa que el sentido del tacto. Información que el cerebro interpreta como "algo anda mal en esa zona". De hecho existe un síndrome gracias o por culpa del cual, la persona es completamente insensible al dolor; podrían cortarle el pezón con un cortauñas (ouch!) y le daría igual.
Sabiendo esto se pueden formular muchos interrogantes cuyas respuestas suelen ser bastante desalentadoras, y la mayoría de las cuales son "fluidos o sustancias en el cerebro".
Así, por ejemplo, la felicidad, que todos sabemos que es un estado y no una meta o un final, se basa en la producción masiva en el cerebro de serotonina (neurotransmisor ligado al buen humor), dopamina (ligada al placer-recompensa) y otras endorfinas que recorren nuestro sistema nervioso.
Cuando estamos enamorados de alguien y sentimos las llamadas "mariposas en el estómago" nos pasa lo mismo que si recibimos una buena noticia y damos un saltito o nos subimos en la montaña rusa. Las glándulas suprarrenales han segregado adrenalina y esta ha llegado y acelerado el corazón, el cual envía un torrente sanguíneo furioso por todas partes y nos provoca esa sensación. Otra sustancia ligada al amor es la oxitocina, la cual se suele segregar durante el acto sexual, esto hace que la pareja huela la oxitocina de su acompañante y viceversa; la función de esta hormona no es otra que asegurar la fidelidad del cónyuge, por eso se le llama "hormona de la fidelidad".
En fin, nuestro organismo está diseñado para percibir tres dimensiones: alto, ancho y profundo (el tiempo va a parte). Sin embargo, gracias a los avances físicos y matemáticos sabemos que puede haber en total unas 11 dimensiones, las cuales somos incapaces de imaginar (intentadlo y que no os explote la cabeza.
Así que, en resumen. La realidad no es real... o al menos no es como la percibimos.
"Pero, qué es real? ¿cómo definirias real? Si nos paramos a pensar, la realidad no es más que señales eléctricas interpretadas por tu cerebro."
Dicho esto quizás haya quién se pregunte si esto es verdad. Si la realidad no existe. La respuesta corta sería algo así como un "pues casi que no existe"... no al menos tal y como la conocemos. La realidad la percibimos y la interpretamos con el cerebro, y este es un órgano encerrado en una caja que tiene que valerse de 5 sentidos que le envían información cifrada que debe descodificar e interpretar. Sería algo así como si una persona estuviese encerrada dentro de un armario de 2 metros cúbicos y tuviese 5 ventanitas por las que le llega información del exterior. No puede asegurar lo que hay allí, solo puede hacer conjeturas, interpretarlo.
Hay quién puede decir "esto es real porque me duele" y estará en lo cierto. Pero, el dolor, no es otra cosa que el sentido del tacto. Información que el cerebro interpreta como "algo anda mal en esa zona". De hecho existe un síndrome gracias o por culpa del cual, la persona es completamente insensible al dolor; podrían cortarle el pezón con un cortauñas (ouch!) y le daría igual.
Sabiendo esto se pueden formular muchos interrogantes cuyas respuestas suelen ser bastante desalentadoras, y la mayoría de las cuales son "fluidos o sustancias en el cerebro".
Así, por ejemplo, la felicidad, que todos sabemos que es un estado y no una meta o un final, se basa en la producción masiva en el cerebro de serotonina (neurotransmisor ligado al buen humor), dopamina (ligada al placer-recompensa) y otras endorfinas que recorren nuestro sistema nervioso.
Cuando estamos enamorados de alguien y sentimos las llamadas "mariposas en el estómago" nos pasa lo mismo que si recibimos una buena noticia y damos un saltito o nos subimos en la montaña rusa. Las glándulas suprarrenales han segregado adrenalina y esta ha llegado y acelerado el corazón, el cual envía un torrente sanguíneo furioso por todas partes y nos provoca esa sensación. Otra sustancia ligada al amor es la oxitocina, la cual se suele segregar durante el acto sexual, esto hace que la pareja huela la oxitocina de su acompañante y viceversa; la función de esta hormona no es otra que asegurar la fidelidad del cónyuge, por eso se le llama "hormona de la fidelidad".
En fin, nuestro organismo está diseñado para percibir tres dimensiones: alto, ancho y profundo (el tiempo va a parte). Sin embargo, gracias a los avances físicos y matemáticos sabemos que puede haber en total unas 11 dimensiones, las cuales somos incapaces de imaginar (intentadlo y que no os explote la cabeza.
Así que, en resumen. La realidad no es real... o al menos no es como la percibimos.
