sábado, 21 de febrero de 2009

Seguid Viniendo


Yo os digo: bailad, bailad hasta la extenuación, bebed hasta embriagaros, comed hasta la saciedad, romped corazones, fornicad y vuestro será el mío, el reino del infierno.

Desde los tiempos más remotos hasta la actualidad he proclamado esta consigna, y pocos, muy pocos eran los que llegaban a mis reinos, hasta hace apenas unos años, que navego en la abundancia de almas y veo el incremento cada día mayor del número que ellas llegan a mi. Me siento revivir cuando paseo por mis dominios y veo sus caras de incredulidad. Muchos de ellos ni siquiera creían que el infierno existiera.

En el principio de este largo camino de la humanidad, pensé que no me hacían caso. Llegue a pensar que los hombres eran buenos, que nacían buenos y por eso al morir iban al cielo. Lloré desconsoladamente, viendo las pocas almas que llegaban a mi reino, durante siglos y siglos. Como una larga sequía que asolaba el infierno, así la lluvia de almas se mantenía inerme. Envié delegados, envié esbirros y nada pude cambiar. Hoy lo entiendo: sin apenas comida, sin libertad y trabajando de sol a sol, e incluso más, los hombres morían reventados, pero no de lujuria, ni de gula, sino de trabajo, de hambre, de enfermedades.

Dios se jactaba de ello, de tener el cielo lleno de almas desgraciadas. Ahora soy yo quien me burlo de Dios, de todos los dioses buenos. Yo soy el único Dios que manda, al único Dios que obedecen, el Dios que puede controlar el mundo. El destino de los mortales está en mis manos.

Observo con voluptuosidad y recreándome en ello, como los humanos nadan en la abundancia. Comen excediéndose constantemente, beben sin ninguna traba, y danzan, danzan en este baile de la vida que les lleva al desenfreno, al consumismo exagerado, al poder sin límites, al abuso del débil, al placer sexual efímero, al pulverizar los pocos amores verdaderos que llegan para intentar restañar sus condenadas almas.

Ya no necesito esbirros, los líderes políticos y religiosos se encargan de hacer este trabajo, sin siquiera saber que sirven a mis fines. La humanidad entera está desorientada. Defiende su parcela de poder o de propiedad a cualquier precio, sin enterarse que son efímeros, que todo es perecedero que no se llevaran nada a la otra vida.

Quedan pocos, muy pocos que no se dejen arrastrar por las consignas generales, y esto tampoco les sirve de redención. Los desgraciados no saben aún, que su destino está escrito. Que yo soy el verdadero Dios, que soy el único, que soy el portador de luz, y vendrán a mí sin remedio, a la otra vida, hasta que no quede ni una sola alma libre de pecado, ni tan siquiera los niños, ni los recién nacidos que llevaran en su herencia el estigma de sus padres. Nadie va escapar, ahora ya sé donde está mi poder sobre los hombres, y los he convertido en esclavos.

jueves, 19 de febrero de 2009

martes, 17 de febrero de 2009

Quise ser Gulliver

Hay quien duda de mi sexualidad porque me guste la música de Miguel Bosé. Pero si te gusta la música del grupito de moda formado por cuatro o cinco maromos (son unos cuantos más que uno), ya no se duda de tus inclinaciones.

A mi favor, y al del gran Bosé diré, que una carrera de 30 años con un porrón de EPs y millones de fans por toda España, Latinoamérica y el Mundo dicen mucho de la calidad como cantante de este, para mí, Barón de la música.


La música no tiene sexo.

lunes, 16 de febrero de 2009

Al Despertar



Nunca creí en Dios, y tras mucho tiempo muerta cualquier duda que hubiera podido tener en vida ha quedado totalmente despejada.

Es curioso cómo te das cuenta de que ya no estás vivo. No tienes la sensación de abandonar un cuerpo -cualquiera que ésta sea-, tus pulmones siguen respirando y tu corazón sigue latiendo…pero algo ha cambiado. Tu memoria, en el momento de tu muerte, es como la de un recién nacido, está vacía. En esos primeros momentos, no es la amnesia de un enfermo, es la sensación que se tiene en los cinco segundos después del sueño. No sabes dónde estás, no te lo preguntas. Caminas sin sentido, sin frío, sin cansancio ni conciencia. Sólo sed.

Lo peor de todo no es descubrir que has muerto -la mayoría de las almas no lo descubren jamás-, lo más aterrador es ser consciente de que te has convertido en muerte.

La muerte no es esa figura oscura cubierta con un manto de pies a cabeza con su inseparable guadaña. Cada persona, en el momento de su muerte, se convierte en muerte.

Guiados por la sed, llegamos hasta la persona que agoniza, bebiéndonos hasta la última gota de vida que aun retiene el desgraciado y, os aseguro, no de forma simbólica, sino devorando las entrañas del moribundo, aunque los todavía vivos no puedan verlo.

Si al principio todos somos y damos vida, al morir todos somos y damos muerte. Nos unimos a ese ejército de almas que vagan buscando nuevos reclutas para la milicia oscura.

Incapaz de saciar mi sed he llegado hasta ti. Nunca antes había hablado con mi próxima víctima. Pero no temas, a partir de esta noche beberemos juntos.

viernes, 13 de febrero de 2009

Oh, l'amour


Y que bonito es ver que llega san Valentín y no tienes enamorada, mientras repasas la lista de razones por las que te suelen dejar y practicas un poco el milenario arte de la autocompasión.

0. Tenemos que hablar (enviar preferentemente por SMS).
1. Tengo la sensación de que nos estamos alejando.
2. Hoy creo que nos tendríamos que haber conocido de aquí a dos años.
3. Realmente me gustas mucho, pero estoy confundida.
4. Tú nunca tomas la iniciativa, siempre tengo que ser yo.
5. Será mejor que nos demos unos meses para respirar.
6. Eres maravilloso, sensible, simpático, gracioso, tienes conversación... pero necesito algo más en mi vida.
7. Gracias a Dios la culpa no es de nadie, las cosas duran lo que duran.
8. Una cosa está clara, no es culpa tuya, el problema soy yo.
9. Recuerda algo: ya te avisé de que soy un espíritu libre.
10. Ahora es diferente, ya no hay chispa entre nosotros.
11. Necesito a alguien más maduro a mi lado.
12. Necesito vivir nuevas experiencias y conocer a otras personas.
13. Hemos entrado en un circulo vicioso y necesito escapar.
14. Necesito un tiempo para reflexionar.
15. Nos hemos conocido en un periodo muy complicado de mi vida...
16. Creo que nuestra relación ha caído en la monotonía, ya no es como al principio.
17. He hablado con mis amigas y creemos que lo mejor es que lo dejemos un tiempo.
18. Es que no tenemos la misma escala de valores.
19. He notado que últimamente te has dejado un poco...
20. No he estado con ningún chico mejor que tú, pero no es lo que yo quiero.
21. Lo mejor es dejarlo para no hacerte daño.
22. No quiero cerrar ninguna puerta, quizás en el futuro...
23. Somos muy diferentes. Tú sólo piensas como un hombre.
24. El sexo no es lo más importante.
25. ... me lo acabas de quitar de la boca... yo pienso igual que tú.
26. ¿Tú crees en el destino? Yo sí.
27. Seguro que dentro de un mes me estaré tirando de los pelos, pero creo que lo mejor es dejarlo
28. Sólo me buscas cuando te interesa tener sexo conmigo.
29. Creo que no estoy preparada para llevar una relación.
30. Siempre podremos seguir compartiendo las mismas cosas, si quieres, claro...
31. Tú necesitas a alguien que te quiera de verdad.
32. Hoy sé que me estoy equivocando, pero es algo que debo hacer.
33. Realmente pensaba que eras diferente pero ahora veo que eres como los demás.
34. Todo tiene un principio y un final.
35. Seguro que te irá mucho mejor sin mí..
36. Estoy cansada de dar sin recibir nada a cambio.
37. Ganaremos los dos. No me veo en el futuro contigo.
38. Un beso tuyo ya no es como al principio.
39. Respira tranquilo, esto me duele más a mí que a ti.
40. Ahora creo que es hora de que empiece a pensar un poco en mí.
41. No estoy preparada para algo serio.
42. Yo no soy tu mujer ideal ni tú mi hombre ideal...
43. Eres demasiado perfecto, no te encuentro ningún fallo, y eso me asusta.
44. Me he dado cuenta, después de 5 años, de que no estamos hechos el uno para el otro...
45. Yo necesito alguien que me entienda.
46. Las personas cambiamos...
47. Necesito un cambio de 180 grados en mi vida.
48. Estoy haciéndonos un favor tomando esta decisión.
49. Yo te quiero, pero de otra manera.
50. Es mejor que lo dejemos ahora, antes de que nos hagamos daño.
51. Las cosas están yendo demasiado deprisa...
52. Es que eres demasiado bueno conmigo.
53. No podemos seguir engañándonos de esta manera.
54. Sé que ahora te duele, pero en el futuro me lo agradecerás.
55. Es todo tan bonito que me asusta.
56. Lo nuestro está en punto muerto.
57. Mejor que lo dejemos ahora que aún estamos a tiempo. Dentro de un año sería peor.
58. Espero que seas feliz y encuentres una chica mejor que yo.
59. Yo no sé querer por dos personas.
60. No somos compatibles sexualmente.
61. Ya te dije que era un poco lagarta.
62. Sabes que lo nuestro es imposible.
63. Ponte en mi piel y lo entenderás.
64. De verdad, te aseguro que no hay otro.
65. Creo que te conozco lo suficiente como para saber que no soy lo que buscas, no pegamos.
66. Necesito estar sola ... para pensar.
67. Somos dos polos opuestos, lo nuestro no nos lleva a ninguna parte.
68. Creo que es hora de que nuestros caminos se separen.

... 69.. Y sobre todo, no te preocupes, siempre podremos seguir siendo amigos

jueves, 12 de febrero de 2009

Como cada día

Relato ganador de la primera convocatoria de AKrelatos, que casualmente es el que escribí. Supongo que gané porque muchos de vosotros visteis reglejada mi vida en él y, por amistad, me votásteis. Así que: Gracias!

En la proxima convocatoria ya no vereis reflejada mi vida, así que votaréis sin duda el que más os guste.

Por cierto, si a alguien le pica la vena artística puede participar en las convocatorias, solo hay que ponerse en contacto con Inanna en Inannapilgrim@hotmail.com .


Empezó sonando una intro de guitarra distorsionada con algo de atmósfera creada por un sintetizador.


Nothing’s gonna make you stop.”


A aquellos dos instrumentos se les unieron las notas más bajas de la escala en fa, un bajo trepidante anunciaba que la canción estaba a punto de empezar.


everybody knows you’re lost…”


Justo antes de que empezase el verso de la canción, el despertador fue apagado y observado por unos ojos confusos, unos ojos que no sabían dónde estaban ni qué era lo que ocurría; pues, hacía un instante, estaban contemplando algo de lo que ya no lograban acordarse en el mundo onírico.


Un gruñido incomprensible escapó de la boca de Dani al ver la hora que era y sentir en sus manos –que hasta el momento se encontraban bajo el calor de tres mantas- el frío de las mañanas de invierno.


Si había algo que odiaba Dani, algo que odiaba mucho más que el ambiente gélido y húmedo y que además odiaba durante todo el año, era madrugar.

Dani es de esas personas que se levantan de la cama y operan en una especie de modo básico o de bajo consumo durante aproximadamente dos horas. Dos horas tras las cuales su cerebro empieza a despertarse y asimilar el espacio-tiempo. Durante esas dos horas es capaz de realizar una serie de actividades gracias a secretos que se llevará consigo a la tumba; quizás porque a nadie podrían interesar. Durante esas dos horas, su ritual consiste, invariablemente, en levantarse de la cama, vestirse con algo que previa y sabiamente ha dejado preparado el día anterior para no tener que llenar su mente con enigmas del tipo “por qué pernera hay que meter el pie derecho” y otros aún más complicados una vez que sale de casa y debe desentrañar los misterios jeroglíficos de los semáforos de su ciudad.

Una vez que llega a su trabajo, es capaz de emitir otro tipo de gruñido ante los saludos matinales de sus compañeros y empezar a preparar todo lo necesario para cuando su cerebro haga acto de presencia y le permita comenzar con su labor. Dani tiene una diplomatura en ingeniería y trabaja como masajista, algo que no le gusta demasiado.


La mañana transcurrió como el resto de ellas. Un baile automático y tedioso consistente en dar la bienvenida al cliente, preguntarle qué dolencia tiene o si, de lo contrario, solamente viene a por una puesta a punto; para seguidamente aplicar presión en los puntos necesarios de la anatomía humana, lavarse las manos y vuelta a empezar. Así durante cinco horas para cuatro clientes. Como cada mañana.


Dani, como todos los días, supo que su jornada laboral llegaba a su fin antes de mirar el reloj o recibir aviso alguno. El cuerpo humano es una máquina poderosa además de inteligente y así se lo hizo saber, mediante un rugido furioso procedente de sus tripas. Así que, se desembarazó del uniforme para volver a ponerse su ropa, se despidió de su salerosa jefa –Dani piensa que todos los andaluces deben ser igual de simpáticos- y comenzó a deshacer el camino hacia su casa que había cubierto por la mañana; dando las gracias por vivir en la zona más baja de la ciudad, ya que así el esfuerzo sería mínimo.


Una vez a salvo del frío y dentro de casa, una sombra negra de tamaño pequeño comienza a increparle a ras de suelo y en un idioma ininteligible. Al cerebro de Dani a veces le cuesta asimilar según qué información y por eso tardó un par de segundos en comprender que aquella sombra era su gato negro, aquel idioma eran maullidos malhumorados y la razón de aquella riña era que, como cada mañana, a Dani se le había olvidado dejar comida en el cuenco del felino; así que procedió a satisfacer a su compañero animal. Después de enfrentarse a aquel contratiempo diario, su estómago volvió a quejarse y a pedir ser llenado para poder segregar diferentes ácidos y trabajar de una vez en todo el día, por lo que el chico procedió a calentar y freír algo de comida para acallar aquel instinto básico, como cada día.


Después de digerir dormitando mientras veía algún programa en la televisión, a Dani se le ocurrió que, ya que no podía evitar el frío de ninguna manera –algún día se le ocurriría algo grande para ello- y puesto que el día se había levantado soleado y sin viento, debería aprovechar el par de horas que quedaban y recargar algo de energía por vía tópica dejándose bañar por el Sol. También necesitaba algo de cafeína y matar el aburrimiento, pero eso arrebataría algo de glamour a esta historia. Así que se dirigió a una de las cafeterías de la zona centro más alejadas para, de camino, estirar un poco las piernas y pasar por debajo de la luz solar.


Ya en la cafetería, dio buena cuenta de su ritual café con leche largo de café y doble de azúcar, tres cigarrillos, un repaso a la prensa haciendo especial hincapié en la sección meteorológica con la vana esperanza de que al día siguiente hiciese menos frío, y del autodefinido que le gusta firmar cuando lo ha completado. Acabado el ritual del café solitario, procedió a volver a casa por otro camino y mirar algunos escaparates; para, acto seguido, maldecir el estado de la economía en general y de su cartera en particular, como cada día.


Con el crepúsculo ya a sus espaldas, Dani procedió a hacer lo que cada día hacia: perder el tiempo. Se entretuvo bastante rato en diferentes páginas de Internet, buscó alguna musa en su mente para actualizar su blog y componer alguna canción que sería un éxito en el panorama rockero y le catapultaría a una vida lejos de aquel tedio; afinó y tocó durante dos horas su bajo para no perder nada de práctica (nunca se sabe cuando un manager desesperado llamará a tu teléfono y te ofrecerá un contrato multimillonario) y, llegada ya del todo la noche, cenó algo ligero mientras veía la serie de turno, habló con algunos amigos mediante el archiconocido Messenger (la vida social de millones de personas se verá seriamente afectada si este programa desapareciese) y, con los bostezos haciendo acto de presencia, se puso el pijama, programó el despertador a aquella hora que tanto odia y se introdujo bajo las mantas a leer hasta que el sueño ganase el pulso.


Como cada día.


P.D: La canción que suena en el despertador es la siguiente:



sábado, 7 de febrero de 2009

Empáticamente

miércoles, 4 de febrero de 2009

Demonología: Súcubos

El súcubo (del latín succŭbus, de succubare, «reposar debajo»), según las leyendas medievales occidentales, es un demonio que toma la forma de una mujer guapa para seducir a los hombres, sobre todo a los monjes, en sus sueños, para tener relaciones sexuales con ellos. De esta manera, absorben la energía del hombre para mantenerse, y a menudo, llegan hasta tal punto, que pueden dejarlo agotado o incluso matarlo.

Los súcubos más conocidos son Lilith, Abrahel, Baltazo, Bietka, Filotano, Florina Vasordiel , Mancerinio. Uno de los más relevantes en la demonología es Lilith. Este se trasformaba en una mujer de opulentas formas a la que gustaba seducir a los artistas para que la utilizasen como modelo en sus creaciones, especialmente si se trataba de motivos religiosos.

Según el Malleus Maleficarum, o Martillo de Brujas, los súcubos coleccionan el semen de los hombres con los que durmieron. Este lo usarían para embarazar a las mujeres. Así, se suponía que los niños que serían engendrados, serían más susceptibles a la influencia de los demonios.

Según algunas creencias, los súcubos se podrían transformar en íncubos con el semen recientemente recogido impregnando a sus víctimas. Éste hecho respondía a la creencia de que los demonios no podían reproducirse naturalmente, sin embargo los íncubos podrían fertilizar a las mujeres. El tener hijos con retraso mental o alguna deformidad era señal de que uno o ambos padres eran demonios.

En el siglo XVI, una talla de un súcubo fuera de una posada, indicaba que también funcionaba como burdel.

La apariencia de los súcubos varía, en general, tanto como la de los demonios; no hay ninguna apariencia o pintura definitiva. Sin embargo, se suelen pintar casi universalmente como mujeres seductoras desnudas con una belleza no terrenal, a menudo con alas demoníacas; de vez en cuando, en ellos se dan otros rasgos demoníacos, como pueden ser, los cuernos, una cola con una punta terminada en triángulo, con ojos de serpiente, cascos de caballo, colmillos, serpientes enrolladas a su cuerpo, etc. De vez en cuando, simplemente aparecen como una mujer atractiva en los sueños, en los que la víctima no puede deshacerse de ella, ni olvidarla. Los súcubos atraen varones y en algunos casos, el varón ha llegado a enamorarse de ella. Incluso fuera del sueño, ella no deja su mente. Siguen agotando lentamente la energía de su víctima.

(...)

Algo me dice que, como toda leyenda, la de los súcubos tiene algo de realidad.
¿No os concuerda este tipo de descripción?