Pero no servirá de nada pues la delirante demencia que se apoderó de mí no terminará con la llegada de la luz, porque está en mi mente, en mi alma, en mis sueños, en mi vigilia, en mi desvelo, cegadora, tenaz, abrumadora. Y entonces pienso, intento pensar, y no entiendo lo que pasa, y me vuelvo contra mí, y me descubro crítico, injusto.
Así, se revela ante mí con total certeza la realidad que me negaba a aceptar, y me veo como la fuerza destructiva que en silencio me rompe a pedazos arrebatándome el aliento, el alma, el sentimiento. Me veo triste, con esa tristeza que solo sirve para hacernos mas tristes a cada respiro, nostalgia infinita ante la cruda verdad, ira, odio, odio por no ser capaz de detenerme, odio no poder controlarme, odio destrozarme complaciente y resignado, odio rendirme ante mi propia fuerza destructora sin luchar, sin dar batalla. Odio buscar la fuerza en los demás para alimentar mis propias pesadillas y sufro la culpa de hacerlo.
Pero encuentro consuelo en mi maldad porque es un fuego tan intenso que se consume a si mismo sin darse cuenta, agotando su propia fuente hasta reducirse a nada, a cenizas inútiles. Así como ese fuego, mi pasión autodestructiva me consumirá inclemente y evitará que me propague, que cause mas daño.
Entonces si que habrá esperanza, entonces si que alumbrará el día y acabarán la locura y la desesperación de no saberme vivo. Aunque no se cuando.
that you're disintegrating."
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